El de hoy es uno de esos temas que quedaron almacenados en un recóndito rincón de mi memoria. Uno de esos que, sin previo aviso, suelen aparecer de manera repetida -que no frecuente- por mi cabeza para no abandonarme en unos días. Y es que varios son los "fantasmas" ochenteros que de un modo relativamente periódico abordan mi rutina para hacerla un poco menos tediosa; unas veces Moonlight shadow, otras Toy soldiers, First time en ocasiones... Aunque lo cierto es que, en esta oportunidad, la espontánea aparición tuvo nombre propio, Juan Carlos.
No es la primera vez que Carly Simon hace acto de presencia en nuestro blog, ya que cuando apenas arrancaba nuestra aventura bloggera apareció con You´re so vain de principios de los 70. Muchos años después, tras un montón de grandes canciones y reconocimientos varios durante esa década y tras una una travesía algo más alejada del éxito durante los 80 (con la bonita salvedad de Coming around again), Carly no quería despedir esa década sin antes dejar su impronta.
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BSO de Armas de mujer |
Y vaya si Carly supo plasmar la esencia de la película en su canción! Si tuviéramos que definir en pocas palabras la composición de Simon, esas bien pudieran ser esperanzadora, motivadora (fue muy utilizada de hecho en gabinetes psicológicos de estimulación laboral), un himno para sobrellevar las adversidades, para recordar que los sueños, cuando se luchan por ellos, pueden hacerse realidad...
Y es que todos, de un modo u otro, nos hemos visto, o querido ver reflejados en el personaje de Melanie Griffith, esa secretaria que consigue triunfar (laboral y amorosamente) en la jungla de Wall Street, un lugar donde la ambición desmesurada, la frialdad, la superficialidad, las malos modales y las prisas son habituales protagonistas. Absolutamente inolvidable la secuencia de apertura del film en la que la idealista y tenaz secretaria se dirige como cada mañana hacia Manhattan en el ferry de Staten Island, el mismo que Carly utiliza en este memorable clip:
Se dice que para componer la letra, Carly vio previamente la película y se inspiró en la citada escena inicial, con los rascacielos y la Estatua de la Libertad de fondo. Esta imagen la impulsó a revisar Leaves of grass, el famoso poema de Walt Whitman, que si bien no le proporcionó exactamente aquello que buscaba, sí que le ayudó a alcanzar ese sentimiento deseado, esa energía selvática, feroz y hasta un poco feminista que tan bien supo plasmar.
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Para aquellos que alguna vez ganaron, para aquellos que alguna vez perdieron, para todos aquellos que aún lo están intentando |
Carly, considerada generalmente como una compositora confesional por sus letras biográficas y por el sentido místico de muchos de sus temas, nos habla metafóricamente de un río que discurre hacia una ciudad, bautizada por ella como La Nueva Jerusalén (se barajó esto como título de la canción), no como algo religioso, sino como símbolo de la llegada de una nueva era, más fraternal y amable en la que las adversidades y oscuras nieblas son arrastradas por el referido río.
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Caratula con galardones varios |
A pesar de no alcanzar gran suceso como sencillo en el Billboard, parece que el paso del tiempo dio la razón al empecinado director, si atendemos al hecho de que, además de conseguir el Grammy y el Globo de oro, el tema obtuvo el Oscar a la mejor canción en el año ´89 (el primero en que la frase "and the winner is..." fue sustituida por un menos hiriente "and the Oscar goes to...") frente al gigante Phil Collins.
Como curiosidad final, señalar que Let the river run, junto a Philadelphia de Bruce Springsteen, es el único tema compuesto, escrito e interpretado por un solista capaz de lograr el "triplete" de galardones mencionado. Me río (valga aquí la polisemia del término) yo de Luis Enrique...
No me disguta. Un pequeño clásico.
ResponderEliminarSaludos sintéticos.
Sí, creo que estoy de acuerdo contigo. Pequeño clásico. Al menos de esas que no logras arrancarte de la cabeza y que inevitablemente siempre asocias a la década de los 80.
EliminarAbrazo